Confianza I Lo que la naturaleza nos enseña

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Claves para comprender la mecánica de la confianza y de su desarrollo. Eso nos dejó la travesía mixta en kayak de mar y a pie por el GR92 entre l’Ametlla de Mar y el Perelló. Además de disfrutar de las consecuencias derivadas de la misma, en confianza.

De vuelta a casa ya relajado, alegre y satisfecho pensaba acerca de lo que la experiencia nos había enseñado esta vez. Una travesía mixta de ida en kayak y de vuelta a pie que dejaba tras su paso huellas sobre la confianza y el modo en que podemos desarrollarla. ¿Qué implica la confianza? ¿Dónde podemos aplicarla?

Unas condiciones propicias facilitan la generación de confianza, si no más vale esperar

Iniciarse en el kayak de mar implica meterse en un medio ajeno, el agua, que además está sujeto al viento, al oleaje, las corrientes y en este caso a la orografía costera. Implica hacerlo a bordo de un artefacto flotante con una pala doble como herramienta para desplazarnos o compensar las fuerzas a las que estemos sujetos. Inciden pues muchas variables a la vez, y en la iniciación ninguna suele estar bajo nuestro dominio. Por ello tuvimos la oportunidad de afrontar la travesía en unas condiciones idóneas: el mar estaba como un plato, el sol brillaba y corría una suave brisa fresca de sureste. La planificación logística había funcionado según lo previsto e íbamos bien de tiempo.

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Normalmente en esos momentos iniciales surgen muchas preguntas. En función del tipo de perfil a algunas personas les importan más aspectos relacionados con la seguridad, a otras aspectos sociales –con quién, qué se espera de mi-, a otras aspectos puramente técnicos –cómo hay que hacerlo- y a otras aspectos contextuales –cuánto durará, qué veremos-.

Hacer partícipes a los demás, preguntar, plantear cómo quieren vivir la experiencia y exponerse a las respuestas de los demás nos acerca a todos al trabajo en equipo

Si bien es útil y efectivo resolver esas dudas, también lo es el impulsar el comienzo de la actividad. Generalmente nos cuesta afrontar nuevos retos, sentimos nervios, incertidumbre o miedo por lo que si quien nos está coordinando en ese momento infunde confianza, nos dejaremos llevar. Nos habremos metido en el kayak y estaremos sintiendo la novedad, con ganas de consolidar aquello que justo empezamos a aprender.

Además, cada vez estoy más convencido de que el sistema tradicional de enseñanza basado en la clase magistral es poco efectivo si no se combina con la práctica vivencial. En esos primeros momentos dar más de 5 instrucciones es –en la mayoría de los casos- información que va a saco roto. Sin embargo, hacer partícipes a los demás, preguntar, plantear cómo quieren vivir la experiencia y exponerse a las respuestas de los demás nos acerca a todos al trabajo en equipo.

Piernas flexionadas con las rodillas en las paredes del kayak, lumbares bien apoyadas en el respaldo, espalda recta en ligera torsión a ambos lados cada vez que un lado de la pala acaricia el agua para impulsar el kayak, con el brazo opuesto estirado a la altura de nuestros ojos. Una y otra vez, viendo como la cuchara de la pala apunta hacia atrás como un retrovisor.

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Con el paso de las sensaciones uno tiende a desensibilizarse hasta mecanizar la cadena de movimientos que se está realizando. Tenemos la impresión de empezar a dominar nuestra progresión aunque objetivamente se esté lejos de ese punto, como cuando uno lleva un año de carnet de conducir y se confía. Ahora bien, cuando aprendemos en grupo, cuando miramos a los demás, entonces tenemos la oportunidad de ver las diferencias y cuestionarnos, o la tentación de cuestionar. La confianza necesita ponerse a prueba para consolidarse.

La confianza necesita ponerse a prueba para consolidarse

Como es normal cuando se forma un grupo grande para ir de travesía, los había que ya querían abrir camino y los que a duras penas conseguían seguir el ya trazado. Aún así no nos costó mucho tiempo agruparnos y empezar a levantar la cabeza, la confianza del grupo –entonces- creció, dando paso a la humildad y a las preguntas para perfeccionar la progresión.

Las vistas eran espectaculares en este sector tan poco concurrido y bien preservado de la costa catalana, entre L’Ametlla de Mar y El Perelló. Acantilados y calas se sucedían en un día en que el agua –tan transparente- permitía avistar los prados de posidonia, bailando al son del mar, ahí al fondo. El sol cálido y jovial que arropa a quien madruga nos acompañaba al frente cuando llegamos a la antesala del Cap de l’Àliga. Era el momento de dar un paso más, pasando por los recovecos que definen conjuntamente la costa y las rocas que la salpican, descubriendo cuevas, explorando.

Los retos, dentro de nuestra zona de desarrollo próximo, refuerzan la confianza

La novedad puede ser un estímulo a la par atractivo como disuasorio. De ahí que los retos, dentro de nuestra zona de desarrollo próximo, refuercen la confianza. Para ello es necesaria una evaluación certera sobre en qué punto se está y cuánto más se puede abarcar como próximo paso a dar. Resulta útil preguntarse ¿qué es lo peor que puede pasar? Imaginar posibilidades y métodos paliativos del daño posible. Tratar de conocer el impacto que sobre uno mismo o sobre los demás puede tener una mala experiencia. El extremo negativo es la generación de un trauma. El positivo, el subidón de superar retos y el cultivo de la resiliencia. Para el padre o madre, profesor o instructor –como en este caso- es necesario confiar para cultivar la confianza.

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Cada uno escogió cuándo dar ese paso, y todos lo acabaron dando, dejándonos una sensación de manada aún mayor. La confianza relacional surgió ahí y dio paso a una tarde divertida y distendida en la que, además, exploramos el fondo del mar. La cena dio paso a la revisión del día, a una agradable conversación plagada de anécdotas y al merecido descanso para preparar la ruta a pie del día siguiente por el GR92 en rumbo suroeste. La travesía en kayak de mar había dejado buen sabor de boca.

Es necesario confiar para cultivar la confianza

Anticipar información o facilitarla cuando ésta es requerida es un buen comienzo para transmitir confianza. Permite la adaptación paulatina a lo que está por venir. Así empezamos este tramo de la travesía a pie por el mítico GR92, el sendero de gran recorrido, extensión del E10 europeo proveniente de Finlandia, que une Portbou con Tarifa.

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Paso a paso por el accidentado sendero fuimos de cala en cala, reconociendo parte de la fauna y flora local, sobre suelos conglomerados, calcáreos o arcillosos. Desde esta nueva perspectiva pronto descubrimos al fondo el Far del Fangar, en el brazo norte del Delta de l’Ebre. El Pi blanc (P. Alepensis), el palmito, lentisco y el romero caracterizaron la masa vegetal y los rastros de “hormiga león”, conejo, zorro y jabalí dirigieron nuestras miradas a unas extrañas excavaciones lineales a lo largo del margen costero, vestigios de la Guerra Civil. Como en muchos otros municipios la zona se preparó para un desembarco del bando nacional desde Mallorca , sobre todo a partir de 1937, construyendo trincheras, galerías y fortificaciones donde ubicar baterías de tiro y nidos de ametralladoras, como los que pudimos observar bien de cerca en el Cap de l’Àliga.

Anticipar información o facilitarla cuando ésta es requerida es un buen comienzo para transmitir confianza

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Los retos del día anterior nos habían predispuesto ahora a la curiosidad por saber más de nosotros y de nuestro entorno. La confianza daba sus frutos y el clima de exploración llevó a Pere a mostrarnos el interior de una trinchera bien conservada. Después disfrutamos de nuevo del mar, dándonos un refrescante baño en la privilegiada Cala de l’Illot. Y de ahí a la Cala de Santa Llúcia, en El Perellò Mar, donde nos esperó una paella en el chiringuito de la misma playa. El modo de dirigirnos los unos con los otros había cambiado, además ya de vuelta a Lleida aún paramos de nuevo con la excusa de poner combustible a “tomar algo” y consolidar vínculos con aquellos con los que uno ha compartido aventuras.

En definitiva, aquella noche –ya en casa- pensé acerca de la confianza, de cómo transmitirla y sobre todo de cómo sentirla en uno mismo, pues todos habíamos mostrado esfuerzo y avances en cuanto ello, aún así faltaban más ingredientes, habría que esperar a la próxima aventura para seguir aprendiendo.

 

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Pablo Lapuente coachingPablo Lapuente

Co-Fundador/Instructor en LIFE Leadership School

Formador y Coach especializado en Liderazgo, Organizaciones y Relaciones e Inteligencia Emocional

Guía de Montaña y de Piragüismo